Saul Leiter podría haber sido aclamado como el gran pionero de la fotografía en color, pero nunca se dejo llevar por el atractivo del éxito. No en vano, prefirió fotografiar a su manera, acumulando un archivo de un hermoso trabajo que ahora está apilado en su apartamento de Nueva York.
En este divertido, íntimo y conmovedor film, el director Thomas Leach sigue a Saul mientras se enfrenta con la triple carga de limpiar un apartamento lleno de recuerdos, haberse hecho famoso a sus 80 años y defenderse de un molesto cineasta.

Leiter era un maestro en abstraer lo común. Las personas y cosas que encontró en las calles de Nueva York se transformaron en formas, colores y figuras que se fusionaron. Este film nos permite pasar tiempo con el hombre detrás de la cámara mientras se sienta en su hábitat y habla modestamente sobre sí mismo. Es otro de esos tipos que cuestiona su propia importancia y su valor,  “¿Soy un pionero?” pregunta, repitiendo la pregunta que le hizo Leach. «No me importa de una forma u otra». Más tarde afirma: “Aspiro a no ser importante”.

Leiter tiene algunas cosas bastante interesantes que decir sobre lo que sabe y lo que ha experimentado. Explica su técnica simplemente como tomar tomas de lo que ve en lugar de hacer mucha planificación, configuración y arreglo; algo irónico, tal vez, dados los paralelos con el cine documental y cómo la película de Leach aquí está tan formalmente posicionada, controlada y estructuralmente delineada. Pero muchas de las palabras del sujeto parecen simplemente las de cualquier individuo de cierta edad y origen que reflexiona sobre los cómo y no demasiados los porqués de su camino de ocho décadas.