Arrancamos la segunda temporada de esta fastidiosa serie con su insufrible protagonista, los casos con los que lidiará Antonio en esta temporada seguirán una lógica parecida a los de la anterior, volviendo a dejar en claro que hay un problema de origen en la idea de que un tipo así pueda manejar un museo «moderno» como el que maneja. En fin, cruzando los dedos de que la serie se redima de alguna manera, que deje algún tipo de reflexión o que al menos nos haga reír de alguna manera.