Hacer las cosas que te gustan, observa Yatora esta semana, no siempre es divertido. Eso a veces se duplica para actividades creativas. La pintura no es diferente, eso es porque el arte es, al final del día, personal, tanto para el artista que lo crea como para el espectador que lo observa. Y eso significa que transmitir su mensaje a menudo puede ser un ejercicio de frustración.

Eso es lo que Yatora realmente se da cuenta esta semana. Es algo que ha experimentado antes, pero siempre supuso que se debía a que sus habilidades no estaban a la altura; después de todo, es difícil no compararse con las personas que lo rodean, y la mayoría de sus compañeros han estado haciendo arte durante mucho más tiempo. Ha estado persiguiendo una perfección técnica sin buscar la perfección creativa (si tal cosa existe), y eso lo está frenando.