Aunque Hopper es sobre todo un pintor de paisajes (de atmósferas, podríamos decir) aparecen a lo largo de su carrera numerosos ejemplos de desnudos femeninos. Jo, su esposa, posaba desnuda para Hopper porque no quería que el pintor tuviera otra modelo. Ella también era artista. De hecho, era más conocida al principio de su relación. A lo largo de su matrimonio, se mantuvo a la sombra de Hopper, al tiempo que contribuía a su éxito. Él la menospreciaba, y hasta el día de hoy los historiadores se preguntan por los niveles de violencia en su relación y por cómo Hopper consideraba a las mujeres a través de sus pinturas.