Un hombre llamado El greco – 1966

La vida y la época de Doménikos Theotokópoulos «El Greco», uno de los pintores más importantes de la historia, sirve de inspiración a este trágico drama. Pero como poco o casi nada de la vida del pintor se sabe con certeza, esta no deja de ser una fantasía alrededor de su figura.

Corría el año 1964 cuando el actor y productor estadounidense de origen español Mel Ferrer se disponía a cumplir uno de sus sueños más anhelados: producir y protagonizar una superproducción sobre la vida de uno de sus personajes más admirados, el Greco. El interés de Mel Ferrer por la figura del cretense era inmenso, hasta el punto de autodenominarse como un «fanático» del pintor.

El film nos lleva a un período que ahora parece casi de otro mundo, gracias en particular a la manera inteligente en que se desarrolla la trama. En el siglo XVI, El Greco llega a Toledo, una provincia española marcada por el oscurantismo y el clasismo, que resultarán ser el destino del artista. Ferozmente independiente y naturalmente impulsivo, finalmente se enamora de la mujer equivocada y es presa del Santo Oficio de la Inquisición.

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