La mansión del mal | House of horrors

Marcel De Lange (Martin Kosleck) es un escultor de poca monta que acaba de ver cómo la negativa y desproporcionada crítica de Holmes Harmon (Alan Napier) ha echado por tierra una posible venta y de ese modo lo ha condenado a seguir pasando toda clase de penurias. Cansado de una vida que no le brinda ni siquiera unas monedas para comprar algo de comer, decide ir al muelle para arrojarse al río y ponerle punto final a su existencia, pero la presencia de un hombre en las aguas lo desvía de su plan inicial y termina cautivado por completo con las imperfecciones de la humanidad del extraño. Según DeLange es «el hombre Neandertal perfecto», y se llena de inspiración, por lo cual decide llevarlo a su casa y hacer una estatua en su honor. Una semana después, descubre que su musa es «The Creeper» (el Aniquilador en español), un asesino en serie, y decide mencionarle sutilmente los problemas que le causan los críticos de arte, por lo cual el aniquilador capta sus indirectas y se pone manos a la obra.

Hay varios aspectos fascinantes en esta historia, el principal de ellos la increíble e inverosímil importancia que otorga al papel del crítico de arte en la sociedad. Estos charlatanes autoproclamados y petulantes escriben las columnas más influyentes y leídas en sus respectivos periódicos, y ejercen su inmenso poder para hacer y deshacer a artistas jóvenes sin una sola consideración por la ética, la honestidad o la integridad periodística.

Sin embargo uno de los críticos es una excepción, por ser una dama. Joan Medford (Virginia Gray) es una socialité con unos sombreros muy elegantes que juega a ser crítica de arte. Se queja incesantemente de no tener una historia para su columna dominical. Por supuesto, estamos en 1946 y todavía es un mundo de hombres, por lo que no se debe confundir a Joan con una periodista seria. A pesar de ser la verdadera heroína de la película, y quien termina descifrando el misterio, ella sin mucho esfuerzo decide retirarse de la critica y sucumbe a la inevitable propuesta de matrimonio de su novio artista y se retira a la cocina para preparar sus comidas y tener a sus bebés.

Esta es una película clase B del estudio Universal de 1946, un verdadero clásico del género de suspenso y terror. Rondo Hatton, el actor que interpreta a «The Creeper» es en sí un hito hollywoodense quien sufría de deformidad a causa de una enfermedad, pero ese atractivo hizo que Universal decidiera explotarlo, incluyendo al mismo personaje en varias películas más. Lamentablemente falleció un par de meses antes del estreno de este film a consecuencia de un infarto.

A pesar de su título, esta película se desarrolla principalmente en las calles y en los estudios de los artistas y tiene una calidad de cine negro que agrega intriga a la película, al igual que los personajes divertidos y la persecución y trampa policial.

 

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