Exhibición 29/06/2025 Ficción 92 vistas 1 votos Agregar a FavoritosCuando la pareja de artistas D y H decide vender la casa modernista de sus sueños, la cual han amado y habitado durante dos décadas, comienzan un proceso de despedida de su historia compartida bajo el mismo techo. La conmoción hace que surjan ansiedades, recuerdos, miedos y dudas.D, interpretada por Viv Albertine (ex-cantante de una banda punk británica), está enamorada del lugar: la vemos varias veces durante el film acurrucada en rincones de la casa, como una oruga que ha encontrado su lugar. H, su esposo, interpretado por Liam Gillick (artista conceptual en la vida real), intenta mantener una actitud fría y práctica.Ambos son artistas, aunque D sufre un bloqueo creativo provocado por un trauma pasado no especificado. Sea lo que sea que haya sucedido, le ha hecho temer al mundo exterior, sobre todo de noche, y mientras camina alrededor de su casa, oímos la ciudad abriéndose paso por todos lados, con sirenas, gritos y ruido de motores. Intenta planificar una performance en su estudio, y sus enormes ventanales, parcialmente ocultos por persianas de madera, convierten la casa en una inquietante mezcla de pecera y espectáculo erótico.La casa es grande y ambos están conectados remotamente por un sistema de intercomunicación y están unidos por una escalera de caracol que se asemeja a una hélice gigante de ADN, lo que aumenta la sensación de que la casa es un objeto orgánico, o un tercer integrante del matrimonio. La relación parece pasar por momentos tensos, causados por un desequilibrio del deseo sexual, y hasta un residuo de fricción profesional. H es un artista más consagrado que D, y a ambos les cuesta confiar en el otro a la hora de compartir sus procesos creativos, por lo cual mantienen distancia y no se meten en el espacio de trabajo del otro. El vínculo es codependiente, pero distante al mismo tiempo.La directora del film, Joanna Hogg, juega con superficies cristalinas, anidando reflejos dentro de reflejos hasta el punto en que ya no podemos distinguir si la cámara está dentro o fuera. Más adelante, el tema del interior y el exterior, lo público y lo privado, se ridiculiza en unos sketches divertidísimos sobre una plaza de aparcamiento y una cena horrible, de la que D organiza una huida inspirada.Esta película es una reflexión árida pero muy bella, sobre la incómoda fusión de nuestro yo público y privado. ETIQUETAS: Cine independienteDramaLiam GillickOliver Stone: Salvadorx