Inspirado por Nietzsche y sus experiencias como soldado en la Primera Guerra Mundial, así como la crisis económica y política que llevaría al ascenso del nazismo, Dix no rehúye, representa duras realidades como la guerra y la prostitución. Catalogado como artista degenerado por los nazis, que nunca dejó de pintar o retratar los horrores que había presenciado. Su obra refleja las experiencias traumáticas que iban a perseguirlo por el resto de su vida.