Después de entrenarse como pintor, Yinka Shonibare se dedicó a la fotografía, la escultura, las instalaciones y el cine. Su obra trata de problemas de poder en la cultura contemporánea e histórica. Shonibare ve zonas de exceso como un medio para representar este poder. El artista formula relaciones entre clases, razas y estructuras de poder utilizando telas «africanas» para crear trajes, habitaciones y ambientes.

