El artista conceptual alemán Wolfgang Laib (Metzinger, Alemania, 1950) comenzó su trayectoria artística a mediados de los años setenta, tras finalizar los estudios de medicina. Perteneciente a una familia que había cultivado el ascetismo y realizado frecuentes viajes a la India y otros países de Oriente, se interesó desde muy joven por la religión y el misticismo, lo que le llevó a profundizar en las culturas y lenguas orientales y encontrar en el arte el medio de conocimiento y expresión de su visión del mundo. Desde entonces, desarrolla un trabajo caracterizado por una gran pureza y austeridad formal. Se sirve de materiales naturales con una fuerte carga simbólica y vital, como la cera de abeja, la leche, el polen y el arroz; con los que pretende suscitar un encuentro entre arte, naturaleza y espiritualidad.

