La artista alemana Katharina Grosse es reconocida por llevar hasta los límites las posibilidades de la pintura en lo que respecta a lugares, condiciones y características. Su proyecto centrado en la expansión de las fronteras del género pictórico, una idea en la que lleva trabajando tres décadas y que siente heredera de una tradición milenaria que se remonta a las pinturas rupestres. La artista crea sus explosivas pinturas in situ rociando directamente con esprays de colores edificios, interiores y paisajes pulverizando las diferencias entre pintura, escultura y arquitectura.