Comenzó a utilizar la pólvora como forma espontánea y efímera de creación, para salirse de los parámetros tradicionales del arte chino, pero también como una metáfora del artista visto como un alquimista que convierte una cosa en otra: una explosión violenta en algo hermoso. Un sujeto que cambia el sentido de la pólvora: de un instrumento usado para la guerra a uno para la paz, el arte y la expresión.