Bridget Riley es una pintora cuya obra es una celebración decididamente abstracta del ver y de los placeres de mirar, que tiene su origen en los efectos de la luz sobre el paisaje.
Aquí, vemos a Riley en la década de 1970 que trabaja con sus ayudantes en la investigación extensa del color. El documental hace hincapié en el aspecto físico de las pinturas y en sus efectos ópticos espaciales y rítmicos a través de movimientos de cámara.