En su obra, Ivens Machado asocia la brutalidad de la materia con tensiones biológicas primordiales y soluciones constructivas extraídas de la arquitectura vernácula. La recuperación de materiales de construcción obsoletos y la deliberada inacabada de sus piezas las asemeja a cuerpos en ruinas, vinculados a alusiones orgánicas y naturalistas. Hierro, vidrios rotos, hormigón y escombros como elementos compositivos forman un ataque a la supuesta pureza del arte posterior al modernismo. Durante la dictadura militar, el artista también produjo performances filmadas que escenifican torturas, conflictos raciales y momificaciones, configurando un aspecto violentamente político de su práctica, en el que se ponen de relieve connotaciones de parálisis, agotamiento y ocultamiento. En toda su obra se establece un circuito entre el cuerpo humano, en su vulnerabilidad constitutiva, y el cuerpo de la escultura, en su inestabilidad inherente.
Este mini film formó parte de la serie titulada RIOARTE (1984-2005) conformada por vídeos sobre artistas brasileros contemporáneos realizados por un conjunto representativo de cineastas brasileros. Lo interesante de esta serie es la variedad de estilos que estos cineastas utilizaron para hacer registro de las obras de los artistas, algunos en formato estandart de entrevista, o documental y otros más abstractos y experimentales, convirtiéndose casi en obras de videoarte en si mismas. Los videos registran las obras, los procesos de trabajo, los testimonios, produciendo un diálogo inesperado entre los lenguajes de los artistas visuales y los de los cineastas, invirtiendo las posibilidades expresivas del cine, el video y las nuevas tecnologías.
En este caso se trata de una realización de André Parente de 1992.