Con su manera de hablar muy peculiar que combina chistes irónicos, sarcasmo y un fuerte sentido de lo moral y estéticamente inaceptable, Meades disecciona la ideología del nazismo, su arquitectura y su influencia. Para cualquier lector cauteloso, esto no es una celebración del nazismo, más bien todo lo contrario, es una crítica brutal de la locura y la naturaleza despreciable del movimiento; una mirada a su manifestación física en su forma más física: edificios… porque es importante no olvidar, para no repetir la historia.
Filmado en 1994, este documental analiza cómo el partido nazi utilizó los edificios como parte crucial de su proyecto para construir una nueva sociedad. Más allá de las obvias y obligatorias esvásticas y las estatuas y murales explícitamente propagandísticos, abarca hasta los mismos ladrillos de los campamentos de verano y las escuelas que formaban a los médicos que realizarían experimentos en los campos de exterminio.

