Los trabajos de Eliasson se anclan en el cuerpo y la mente en movimiento, ya que invitan a la participación activa del espectador mediante la duplicación, la fragmentación y la inversión de su posición en el espacio, desafiando nuestros hábitos de percepción y proponiendo que la realidad puede ser entendida como inestable y en evolución, como un proceso de negociación constante.