En cuanto ves una fotografía de Martin Parr, especialmente una a color, o la amas o la odias. ¿Son sus famosas fotografías de turistas ingleses condescendientes, explotadoras y críticas? ¿O ingeniosas, afables y humanistas? Este entretenido film documental naturalmente, defiende convincentemente esta última opción, siguiendo al siempre sonriente Parr por New Brighton mientras su cámara continúa capturando la naturaleza humana.
No todo el mundo es fan del espejo que Parr ha mostrado a la sociedad durante los últimos 50 años, y es un testimonio de su capacidad divisiva que, cuando el mundialmente famoso colectivo fotográfico Magnum consideró invitarlo a unirse, la mitad de los miembros amenazaron con abandonar si lo dejaban entrar, y la otra mitad si no. Su estatus como uno de los grandes documentalistas sociales se ha comprendido desde hace mucho tiempo, y este documental lo demuestra convincentemente.
Parr es a la vez accesible y elusivo, resistiéndose al autoanálisis y prefiriendo dejar que su obra hable por sí misma; lo más cercano que la película consigue a un vistazo tras la cortina de Parr es su afirmación de que su obra es política, si se sabe dónde buscar.