




En 1906, el psiquiatra Dr. Morgenthaler, del Hospital Psiquiátrico Waldau de Berna (Suiza), comenzó a coleccionar y fotografiar pinturas, dibujos y otros objetos diseñados por sus pacientes. Un tal Dr. Prinzorn hizo lo mismo en Heidelberg (Alemania). Estas colecciones se convirtieron en una parte importante de la cadena que ha servido de inspiración para el arte moderno.
Resulta fascinante la enorme influencia que han tenido las obras de arte de personas con enfermedades mentales en el transcurso de la historia del arte del siglo XX. Iconos artísticos como Jean Tinguely, Paul Klee y Jean Dubuffet se interesaron claramente por los representantes del Art Brut, por la sutil línea entre lo imaginario y la obsesión, los sueños, el dolor y la enfermedad, esos males insidiosos que surgen invisiblemente de nuestro inconsciente. Tomando como punto de partida el hospital Waldau de Berna, que alberga una gran colección de obras de artistas esquizofrénicos, los cineastas Hervé Nisic y Michel Beretti investigan la fascinación actual por los artistas del Art Brut.
Un documental un poco loco, que investiga sobre el legado de la locura en el arte, y nunca queda claro, incluso entre los entrevistados, quién está cuerdo y quién no.