A principios del siglo XX en Alemania, el pintor Otto Modersohn ayuda a su segunda esposa, Paula Modersohn-Becker, a obtener el reconocimiento que merece; hoy se la considera una de las representantes más importantes del modernismo. Es la historia de un amor en medio de los tormentos de la creación artística, ensombrecido por la premonición de una muerte inminente.