Gustav Klimt fue la estrella indiscutible entre los artistas del fin de siglo vienés. Era un maestro de la alquimia que parecía convertir los colores en oro. Se hizo famoso e infame con sus retratos eróticos de mujeres, que provocaron escándalos. Emilie Flöge fue una de las mayores diseñadoras de moda de principios del siglo XX. Flöge fue considerada una figura fascinante de la escena bohemia vienesa y se convirtió en la compañera de vida de Klimt.