




Nicky Nodjoumi, artista contemporáneo iraní y activista pro democracia, huyó de Irán en 1980 y se reunió con su esposa, Nahid, y su hija, Sara, en la ciudad de Nueva York.
Cuarenta años después, Sara emprende una investigación para localizar y recuperar la obra de arte perdida de su padre en Teherán. Este largometraje narra su búsqueda mientras examina el extremismo religioso y político, los sacrificios de la libertad creativa y el activismo, y el poder perdurable del arte.
Este fascinante drama familiar encierra una especie de thriller internacional: los intentos de los Nodzoumi por recuperar algunas obras de Nikzad del Museo de Arte Contemporáneo de Teherán. Cuando estallaron las protestas en la ciudad, Nodzoumi huyó del país, dejando atrás algunas pinturas fascinantes, obras que, según él, quizá no sean las mejores, pero que son históricamente esenciales para capturar la época tumultuosa de Irán en la que se crearon. El intento de sacar las pinturas del almacén del museo incluye nombres tachados e imágenes borrosas, personas que no quieren que las autoridades sepan que intentan sacar a la luz obras consideradas antiiraníes, cuando son todo lo contrario.