Los fantasmas de Goya

“Los fantasmas de Goya”, largometraje del director Milos Forman (“Amadeus”, “El hombre en la luna”), es una mezcla complicada de sátira política y fastuosa telenovela de época. Ambientada en la España del siglo XVIII y que abarca la última fase de la Inquisición y la ocupación de Napoleón. La historia comienza con los ancianos de la iglesia española condenando los grabados de Goya que representan la tortura de disidentes y herejes. “Estas imágenes nos muestran el verdadero rostro de nuestro país”, se preocupa el hermano Lorenzo (Javier Bardem), un monje cuasiliberal que le ha pedido a Goya (Stellan Skarsgard) que pinte su retrato, pero también exhorta a la Iglesia Católica Romana a fortalecer la Inquisición y purificar el país.

El film presenta a Goya como un artista que intenta equilibrar la necesidad de ganarse la vida con la obligación de documentar las atrocidades cometidas en nombre de Dios y de la guerra. Pero la presencia de Goya en la película se desvanece después de que le pide al hermano Lorenzo que investigue la desaparición de una de sus modelos, Inés (Natalie Portman, simpática pero insulsa), la hija de un rico comerciante.

Al recrear la brutalidad de la Inquisición, “Los fantasmas de Goya” pretende denunciar la contundente respuesta de Occidente al terrorismo. Pero sus tácticas retóricas son insulsas; su comparación entre los Estados Unidos del siglo XXI y la España de la Inquisición no tiene sentido; y su segunda mitad abandona la sátira en favor de un melodrama histórico a medio cocinar.

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