Toulouse Lautrec : Moulin Rouge

Ciegos frente al genio interior de Toulouse-Lautrec, el exterior lo señala como un enano, un tullido que dibuja, una atracción de circo que nunca podrá ser como los demás.
Cada película del director John Huston es un acto de redención. Protagonistas bohemios, delirantes y locos señalados como peligrosos marginales son reivindicados. Moulin Rouge apunta a eso. No solo es un retrato de la vida del pintor francés, sino que muestra el arquetipo del artista en la liberación de sus propios dolores a través de la inmortalidad que le propicia su obra.

Una típica recopilación de clichés románticos sobre la figura del artista genio:  talentoso, lisiado lamentable, alcohólico triste, fuente de aforismos floridos, vergüenza filial, iconoclasta social, paria del amor y cínico venenoso con un supuesto núcleo romántico muy bien escondido. Pobre solitario y desamparado lisiado, maltratado y despreciado por todas las mujeres que se le cruzan (menos su madre)….

El actor que dio vida a Lautrec fue José Ferrer, quien había triunfado pocos años antes con su interpretación de Cyrano de Bergerac. Para hacer verosímil la deficiencia física del pintor, Ferrer se vio obligado a rodar algunas de las escenas andando de rodillas.

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