Las instituciones culturales y los bancos son los mecenas contemporáneos del arte, los «Lorenzo el Magnifico» del siglo XXI. El apoyo a las artes (de donde quiera que provenga) en tiempos de crisis ha demostrado no solo ser económicamente provechoso, sino también de gran importancia para el desarrollo y estimulo de las comunidades. Alan Yentob nos muestra el caso de Gran Bretaña.